Una queja que solemos recibir comúnmente sobre las bombas de álabes giratorios selladas es que emiten una gran cantidad de «humo» a través del escape. Eso que normalmente se identifica como «humo» suele ser en realidad vapor de aceite emitido por la bomba.
Este aceite presente en las bombas de álabes giratorios sirve tanto para lubricar las partes móviles como para sellar los finos espacios libres que quedan entre sus componentes. El aceite ofrece la ventaja de detener las fugas de aire en el interior de la bomba. Sin embargo, su constante flujo durante el funcionamiento crea vapor de aceite en el escape.
Por tanto, es normal que la bomba emita este vapor al bombear en una cámara desde la atmósfera. Puesto que todo el aire que la bomba extrae desde la cámara pasa a través del aceite presente en el depósito de aceite, parte de este se vaporiza como consecuencia del flujo que lo atraviesa. Cuando la presión en la cámara se reduce a unos cientos de torr, este vapor o «neblina» de aceite debería reducirse drásticamente.